La sociedad forzó a los padres Reátiga y Píffano a una doble vida: Gustavo Reyes

En el año 2012 los padres Rafael Reátiga Rojas y Richard Armando Píffano, asignados en parroquias del suroccidente de Bogotá, fueron hallados muertos por disparos en la cabeza a las afueras de la ciudad. La investigación de la Fiscalía encontraría posteriormente que Reátiga y Píffano llevaban una vida doble y no aguantaron la presión de una comunidad que no los aceptó como eran.

Esta es la historia de 'Hasta que la vida nos separe', el polémico libro del periodista y escritor Gustavo Reyes, quien revela detalles del mortal encargo pagado por los padres Reátiga y Píffano, dos hombres que compartían un amor prohibido.

La muerte de los sacerdotes Rafael Reátiga Rojas y Richard Armando Píffano sacudió al país. En principio fue un trágico episodio judicial que parecía un robo pero terminó convertido en una conmovedora historia de dos religiosos homosexuales que planearon su propia muerte a manos de dos sicarios, un relato en que no caben “licencias para la ficción, no hay espacio para la fantasía. Es un relato verídico”, indicó su autor en diálogo con Mesa Blu.

“Los padres habían definido cómo querían morir: de un tiro en la cabeza. Planearon ir a un sitio lejano de Bogotá y que dos tipos les dispararan, pero los sicarios sospecharon que podía ser una trampa, por lo que a última hora cambiaron el sitio de la muerte”.

A Reátiga y Píffano se les recuerda como dos hombres de fe comprometidos con su gente “pero sobre todo, se les recuerda juntos. No había sospechas de una relación, solo se sabía que eran grandes amigos, que se apoyaban. Entre sus feligreses nunca hubo ningún asomo de sospecha sobre la doble vida que llevaban”, añadió Gustavo Reyes.

El periodista cuenta que la muerte de los curas “fue una noticia inesperada, se generó un ruido tremendo cuando los encontraron muertos. En el momento no hubo indicios de que tenía que ver con un meticuloso plan. Sin embargo, las autoridades tenían sospechas, por lo que nombraron una fiscal para investigar el caso, pues los asesinos se llevaron todo menos el carro. Así surgió la hipótesis de que tendría que haber otro motivo para el homicidio y no un robo”.

“Durante la investigación, hubo un cura que rompió el silencio y le cuenta a la Fiscalía que desde hace un tiempo se habían dado cuenta que los sacerdotes era homosexuales y que uno de ellos tuvo problemas por acosar a un feligrés en el barrio Galicia”, este caso, detalla Reyes, quedó en el olvido pero fue determinante para la investigación.

Se encontró que los delincuentes habían cometido un error, pues se quedaron con los celulares de los curas y creyeron que cambiándole la sim card podían usar los teléfonos. “Así, las autoridades hicieron seguimiento a los asesinos y encontraron que uno de ellos tenía una banda delincuencial, vendía armas y era un estafador”.

Los investigadores creyeron entonces que, como los padres movieron mucho dinero en sus cuentas en días previos a su muerte, “a lo mejor hicieron parte de una estafa. Fue una de las hipótesis”.

Los autores del asesinato fueron identificados como alias ‘El Gallero’ y alias ‘El Gavilán’, sicarios que recibieron 15 millones de pesos por asesinar a dos hombres que, según contaron, no sabían que eran curas.

“El señor que disparó dice que ayudó a morir a una persona que era enferma terminal, pero se cree que los sacerdotes sí alcanzaron a contarles su situación. Por un lado, ‘El gallero’, quien participó pero no quiso disparar, dijo que al otro día en las noticias se enteró que eran curas y luego no pudo volver a dormir”.

Escuche la entrevista completa en Mesa Blu y entérese de todos los detalles de una de las historias que más ha levantado polémica en la historia reciente de Colombia.