Artefacto: Así funciona el lector digital de huellas

un ser humano que pudiera tener los mismos patrones que otro. Así las cosas, los lectores digitales de estas huellas se convirtieron en una de las herramientas tecnológicas más populares en bioseguridad e identificación.

Hoy por hoy con las huellas se puede abrir puertas, iniciar sesión en computadores, vehículos, aviones. También hacer transacciones financieras y hasta votar.

Pero, ¿cómo funciona?

Lo primero es que cuando usted pone su dedo en la ventana lumínica, un lector óptico CCD (Charged Coupled Device), como el de las cámaras de fotos, genera una señal eléctrica en respuesta a los diodos sensibles a la luz, que graban en un pixel cada punto de imagen reflejado en ella.

Luego el sistema conectado al lector compara el patrón de valles y crestas de la imagen con los las huellas que tiene almacenadas, si hay coincidencias del 100% entre unas y otras, el software ejecuta la acción de permitir.

Seguramente le ha pasado que le ordenan poner el dedo varias veces, pues tiene que ver con que el software no logra la cantidad de luz justa para la comparación. Si queda muy blanca o muy negra él rechaza la comparación.

Usualmente, los investigadores y las computadoras se concentran en puntos donde las líneas de las crestas terminan o donde se separan en dos. El software de identificación utiliza algoritmos altamente complejos para medir las posiciones relativas. Por ejemplo, las figuras de la piel forman líneas rectas entre ellas, si dos imágenes tienen tres terminaciones de crestas y dos separaciones formando la misma figura, hay una gran probabilidad de que sean de la misma persona.

Aunque ya se están implementando nuevos sistemas con el iris del ojo, al lector de digital de huellas –el artefacto de hoy en La Nube- le queda mucho tiempo para potenciar sus usos.