En un centro de reclusión en Sri Lanka un convicto de 58 años quedó en evidencia luego que a su celular, que guardaba en su ano, le entrara una llamada.
Actualizado: abril 28, 2016 12:59 AM
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En un centro de reclusión en Sri Lanka un convicto de 58 años quedó en evidencia luego que a su celular, que guardaba en su ano, le entrara una llamada.
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