silencio y no responder con insultos.
“No dijo ni una sola palabra. Como cordero fue llevado al matadero. Ahí está el secreto, quedarse en silencio”, reflexiona Corson.
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Invita el religioso a tomar esta experiencia de Cristo como enseñanza de vida, teniendo en cuenta que “Dios es el que toma la decisión, Dios es el juez”.
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