abstinencia sexual a la espera de la “mujer que Dios disponga para ser la madre de mis hijos”, luego de vivir un proceso de conversión espiritual tras una vida desordenada y de “pecado”.
Aunque Adames descartó que esta decisión de vida se trate del efecto fanático que producen algunas confesiones religiosas, sí dijo que Dios es quién guía sus decisiones y ésta, tan polémica, hace parte de ella.