“Rafael Molano fue un gran rebelde”, dice su hijo Mauricio

el buen humor y su rebeldía, al mismo tiempo que agradeció a los colombianos los mensajes que ha recibido a través de los medios de comunicación y las redes sociales.

“Fue un hombre de un humor impresionante. Ustedes saben que el humor cachaco viene de los boyacenses y de los cundinamarqueses y él se distinguió por eso. Él migró desde Boyacá, fue un gran rebelde, no quiso ser abogado como su padre y se vino a conquistar a Bogotá”, dijo Molano.

Agregó que su padre no se dejó doblegar por las dificultades y recordó que detrás de su labor estuvo una gran mujer: Ana Luisa Camacho, su esposa.

“No olviden que detrás de un gran hombre hay una gran mujer haciendo las tareas más difíciles y esa fue mi  madre.”, agregó.

La obra de Rafael Molano

El empresario fundó Productos Ramo en 1950 de manera artesanal al ver el éxito que tenía entre sus compañeros de trabajo, en la cervecería Bavaria, unos ponqués cocinados por su esposa, Ana Luisa Camacho Gómez, que utilizaban una receta de su madre.

Un año más tarde, Molano Olarte empezó a distribuir sus productos en tiendas de la capital colombiana y en 1964, en el centro de Bogotá, inició la producción industrial a gran escala con el "Ponqué Ramito" y la línea de productos "Gala", aún vigente en el mercado.

En 1967 comenzó la expansión nacional de Ramo, con la apertura de una fábrica en Antioquia, y posteriormente se abrió una planta en Palmira (Valle del Cauca).

Debido al aumento de la demanda en Bogotá, en 1969 se construyó el Parque Industrial Ramo, un centro de producción en el municipio de Mosquera (Cundinamarca).

Tres años más tarde, en 1972, creó el "Chocoramo", el producto de mayores ventas de la compañía.

Además, Molano Olarte abogó por tener acceso rápido y seguro a sus materias primas, por lo que montó una granja avícola que cuenta con 600.000 gallinas que le proporcionan "la mayoría" de huevos a la empresa, según la compañía.

Molano recibió varias distinciones, entre ellas la del Empresario del año en 2007 otorgada por la Universidad del Rosario de Bogotá y el Premio a toda una vida de Emprendimiento, de la multinacional Ernst & Young.

EFE