cantando hasta que todos se pusieran de pie.
Cuando dos de los integrantes del público no se pararon, detuvo el concierto y dijo que era la primera vez que le tocaba esperar tanto para poder cantar una canción. Lo que no sabía West era que las personas era discapacitadas.
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El público lo comenzó a chiflar y el rapero pasó de las peores vergüenzas de su vida.