Por primera vez, el ministro de Justicia, Yesid Reyes, se refirió a la reforma al equilibrio de poderes y salió en defensa de la manera como quedó aprobado el tribunal de aforados, pues dice que no es conveniente que esa instancia pueda investigar y juzgar a las altas dignidades del Estado.
Reyes dijo que de haber sido aprobado tal como se proponía, el tribunal y la nueva instancia que propone la Fiscalía entrarían a chocar con las cuatro altas cortes existentes.
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En ese contexto, la Corte Constitucional, la Corte Suprema de justicia, el Consejo de Estado y el Consejo Superior de la Judicatura actuarían bajo el concepto del tribunal de aforados, convirtiéndolo en una “supercorte”, como ocurría antes de la Constitución de 1991.