En Japón, el país con la población más longeva del mundo, numerosas empresas apuestan por crear robots para disminuir la sensación de aislamiento de los mayores que viven solos: se trata de Smiby, un bebé ávido de mimos que demanda constantemente la atención de su veterano "progenitor".
El robótico bebé, que mide 44 centímetros de largo, pesa 1,2 kilos y es de plástico y silicio, está especialmente diseñado para reaccionar cuando sus "padres" lo acunan, gracias a un sensor.
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Vestido con un mono blanco aterciopelado coronado con un cordón rosa y dos suaves pompones, Smiby está programado para reír cuando lo cogen y sonrojar sus mejillas cuando está contento.
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Si se le balancea con violencia o se le deja demasiado tiempo solo, el pequeño romperá a llorar cual retoño, tornando sus negros ojos en color azul a modo de lágrimas.
Pero no hay que angustiarse. Si tras un largo período de tiempo nadie acude a atenderlo, este bebé robótico se duerme solo.
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La idea para crear a este neonato autómata surgió del profesor Masayoshi Kanoh, de la Universidad Chukyo de Nagoya (centro), que explica su funcionalidad: "Hemos desarrollado un robot que no sabe hacer nada, para ofrecerles a los mayores un ambiente en el que tengan un objetivo vital, porque tienen que cuidar a su robot".
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El robot, que se ha puesto a la venta en Japón a finales de este mes a un precio de 68.000 yenes (unos 511 euros), es capaz de emitir 500 tipos de voces y sonidos dependiendo de la situación, reproduciendo sonidos de niños de un año que los desarrolladores grabaron durante seis meses.
Con EFE