Un hombre, Andrew Gilbertson, comió excremento delante de un juez de California, Estados unidos, para probar que cometió un delito mientras no se encontraba en sus cuatro cabales.
El acusado fue a juicio por robar un banco en la localidad de San Luis Obispo y en una de las audiencias decidió tomar defecar y comer sus heces delante de todos.
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El juicio fue retomado más tarde, después de que el tribunal y el hombre fueran limpiados, mientras que un especialista en salud mental testificó que el hombre afirma escuchar voces.