Esta especie de gavilán que migra desde el norte del continente americano hasta Colombia, durante el invierno, es víctima de tráfico ilegal en el Tolima, debido a que su carne blanca se consume especialmente durante Semana Santa.
Pedro Bahamón, de la Fundación Cocora, manifestó que estas aves sufren unos cambios fisiológicos durante el inicio de la migración y por ello al llegar hasta Suramérica pierden grasa corporal.
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“Ellas ingresan por el Páramo de Las Hermosas al Tolima, en donde llegan a descansar, pero allí durante la noche los campesinos les disparan con escopetas. Caen en el campo, padecen una muerte terrible y las que no mueren inmediatamente sufren hemorragias”.
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Explicó que están en un proceso de pedagogía en la zona para que la población entienda la importancia de estos animales en la biodiversidad. “Les estamos cambiando su forma de pensar, principalmente a los niños que están el campo, quienes comunican a las autoridades ambientales cuando hay disparos”.
Aseguró Bahamón que en cada sitio por donde pasan estas aves hay al menos 3 cazadores, quienes matan entre 20 y 30 águilas, cada uno.
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