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Del cielo al infierno: Adrián Hernández y su caída en el mundo de los negocios

Adrián Hernández, expresidente de Comcel, estuvo como invitado en Mesa BLU hablando de su vida y cómo sobrevivió a su caída en el mundo de los negocios....

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Adrián Hernández, expresidente de Comcel, estuvo como invitado en Mesa BLU hablando de su vida y cómo sobrevivió a su caída en el mundo de los negocios. El empresario mexicano ahora está intentando rehacer su vida tras terminar pidiendo dinero para comer y postrado por una terrible enfermedad.

 

“Soy un mexicano de origen humilde, fui un niño con una familia muy pobre financieramente, empecé a trabajar de albañil desde los 11 años” (…) Lo que tenía era mucha ambición, muchas ganas de crecer, yo creía que lo importante en la vida era tener mucho poder y mucha plata”, contó.

 

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Hernández relató cómo pudo llegar a Telcel y su crecimiento vertiginoso en esta empresa que lo catapultó y lo llevó a convertirse en millonario.

 

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“Un día vi un anuncio de una ferretería que requería los servicios de un contador; el gerente administrativo me recibió y me entrevistó. Él era el futuro gerente técnico de Telcel, le gustó mi hoja de vida y me dijo que en vez de pedir la contabilidad de la ferretería mejor presentara mi hoja de vida a su jefe. hice caso, me fui y media hora después me estaban llamando”, aseguró.

 

A partir de ese momento comienza una carrera exitosa de Adrián en la compañía de telecomunicaciones, que le significó inclusive ocupar la presidencia en  Colombia. Sin embargo, de un momento a otro todo empezó a cambiar, y para mal.

 

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“Llega un momento en que el poder, el dinero, los elogios, la vanidad se descuelgan, perdí diplomacia, empecé a devolver los golpes que recibía pero de una manera poco inteligente”, dijo.

 

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Sumado a eso también aparecieron los inconvenientes familiares. “Hubo un distanciamiento fuerte entre mis intereses y mis sueños y mi esposa, traté de llevarla pero lo hice mal y la dejé atrás, empecé a tener relaciones extramatrimoniales, cócteles, trago, fiestas en exceso”.

 

Poco a poco su fortuna fue decreciendo y los problemas desencadenaron en su salida de la presidencia de Comcel. Decidió gastar parte del dinero que le quedaba en unas vacaciones bastante ostentosas.

 

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"Regrese a Bogotá con muchas ganas de empezar algo nuevo, me quedaba bastante plata para empezar y lamentablemente ya venía con la enfermedad del parkinson, que me pegó en el ego, en la soberbia; me daba vergüenza que me vieran con la voz temblorosa (…). Cuando uno tiene la enfermedad de parkinson a uno se le acaba la fuerza de todo”, dijo.

 

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Los problemas con la familia cada día fueron empeorando hasta que tomó la decisión de dejarlos.

 

“Un día me levanté y estaba de cumpleaños, me perdí tres días en la celebración, luego regresé y me dieron el ultimátum de que me fuera. Agarré una maleta y me pareció que lo mejor era retirarme y evitar una situación fea de la familia”, contó.

 

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“Me fui a un hotelito de la 26 y estuve haciendo unos trabajitos pequeños, apoyado por unos amigos que me prestaron plata”, agregó.

 

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Era tal la desesperación que vivía Hernández con su nueva vida que pensó en el suicidio como la solución.

 

“Un buen día sin familia, sin dinero, desesperado, acobardado; fui a misa, me justifiqué, compre dos navajas, puse dos botellas de whiskey cerca del baño, probé el agua caliente e hice mi plan para suicidarme”, dijo.

 

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Finalmente, Hernández, pudo salir de esa situación límite gracias a una mujer, a quien llamó “un angelito”, y que conoció durante una fiesta.

 

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Actualmente vive del dinero que le dejó la venta de unas acciones y de su inversión en unos negocios pequeños.

 

Escuche toda la entrevista aquí.

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