Inseguridad, llamadas extorsivas desde la cárcel y aumento de población flotante son las preocupaciones que tienen quienes se oponen a que el Seminario de Yarumal se convierta en una cárcel.
La concejal Marleny Lopera aseguró que los estudios del impacto social no se han contemplado.
Cuestionó, por ejemplo, que no se ha pensado si el hospital está preparado para atender más población o si la Policía podrá garantizar la seguridad cuando el número de visitantes en Yarumal aumentaría considerablemente.
A través de redes sociales comenzó un movimiento social que usa la etiqueta #NoALaCárcel para hacerle frente a las intenciones de que por lo menos 2 mil internos sean recluidos en ese municipio.
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