Este es el Editorial de Ana Cristina:
Es muy seguro que, antes del 24 de marzo de 2007, el entonces rey de España jamás hubiera montado en teleférico con un propósito distinto a ir a esquiar en las montañas europeas. En la inauguración de la Biblioteca España al nororiente de Medellín, Su Majestad presenció desde el metro cable la que entonces parecía una obra arquitectónica que marcaría la ciudad, una apuesta cultural que dejaría huella en sus habitantes.
Lo que ni el rey ni nadie imaginó es la avalancha que vendría después…
Diez años después de la inauguración, la falta de cálculo en la construcción, obligó a quitarle la fachada y el techo a la Biblioteca España. Hoy la biblioteca está inactiva, ha tenido que ser parcialmente demolida y aún no se sabe cuándo reabrirá sus servicios al público.
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En 2015, la Administración de Aníbal Gaviria empezó a reparar las fachadas de la Biblioteca España, después de la publicación de unos estudios de patología y vulnerabilidad realizados por la Universidad Nacional. A la Alcaldía de Federico Gutiérrez le ha correspondido realizar estudios de vulnerabilidad sísmica y de “patología de los diferentes componentes que conforman el sistema estructural y de fachadas, que complementan el estudio inicial realizado por la Universidad Nacional”.
El arquitecto Giancarlo Mazzanti, diseñador de la biblioteca, ha dicho que según el estudio de la Universidad Nacional, el proyecto construido no corresponde a los planos entregados.
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De acuerdo con el boletín 350 de la Alcaldía de Medellín, del 10 de septiembre de 2014, el representante legal de la empresa que construyó la Biblioteca España, Jorge Ernesto Bacci Isaza, dijo que para la construcción de la Biblioteca España estaban tan presionadas la EDU, como el contratista y la interventoría. Agregó que el contrato para la construcción de la obra que le fue adjudicado a la firma Arquitectura y Concreto, se rigió por dos constantes: “Corra porque necesitamos que el rey venga y no hay plata pero hay que entregar”.
No se trata de la vergüenza que pasamos como ciudad frente a los turistas que en estas vacaciones han abordado la Línea K del metrocable y ven una megaobra en una situación lamentable. Los problemas más graves son otros...
Si bien es cierto, en términos de control institucional es fundamental señalar y sancionar a los responsables de este descalabro arquitectónico y administrativo; es urgente restaurar el punto de encuentro que es el parque biblioteca pública para los habitantes de Santo Domingo 1 y 2, Granizal, La Avanzada, Popular, El Compromiso, La Esperanza 2, Carpinelo, San Pablo, Brisas de Oriente, Nuevo Horizonte, La Silla y Villa del Socorro.
¿Cuándo vamos a entender que el acceso a la cultura no es un privilegio sino un derecho?
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