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La profe que le explica la tarea a estudiantes sin Internet en el metro de Medellín

La docente busca que los jóvenes con problemas para conectarse a las clases virtuales, o para recibir el material de clase, no abandonen la educación.

Sandra Ortiz, profesora de la institución educativa rural Granjas Infantiles de Copacabana, encontró una particular manera de hacer que los estudiantes con mayores dificultades para acceder a las clases virtuales en medio de la pandemia, no se quedaran sin el material y se atrasaran en el aprendizaje.

Y es que la mayoría de los 160 estudiantes de la escuela son beneficiarios del hogar Jesús Obrero de la Arquidiócesis de Medellín, que les brinda alojamiento, alimentación y estudio los días de semana pero, tras la suspensión de clases, cerca de 60 se quedaron aislados en el hogar y los demás se fueron paras sus casas barrios deMedellín, donde algunos no tienen acceso a internet, ni computador.

Por eso, la profesora Sandra decidió planear encuentros en los torniquetes de las estaciones del metro más cercanas a las viviendas de estos estudiantes para entregarles las guías educativas y explicarles las tareas.

“Buscamos todas las opciones, pero nos encontramos con al menos dos casos que definitivamente no tenían conexión y así surgió la idea de los encuentros en el metro. Hasta ahora, me he encontrado con un estudiante de Tricentenario y otro de Belén de a tres ocasiones cada uno”, relató Ortiz.

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Para planear esa “clase” en los torniquetes del metro, Ortiz contó que llama desde una semana antes a los padres para evitar que lo olviden o que les falte algún implemento tanto del colegio como de protección: el tapabocas y el antibacterial.

“Cuando nos encontramos siempre lo primero es saludarnos, preguntar cómo estamos si nos estamos cuidando. Todo con el distanciamiento necesario", dijo.

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"Les llevo la guía impresa de la clase y les doy las indicaciones de las tareas para los próximos 15 días. Y esas las entregan en otro encuentro o cuando el padre va a recibir el paquete alimenticio”, agregó la docente.

Según la profesora, este es solo un ejemplo de todo lo que han hecho los docentes, en especial en las zonas rurales, para no perder contacto con los estudiantes mientras se cuidan y llega el momento de regresar a las aulas.

“Estoy segura que ningún profesor había pensando en que se iban a cerrar las escuelas, eso no había pasado ni en las épocas más pesadas del conflicto en nuestro país, por ejemplo. Ha sido muy complicado, pero hemos tratado de buscar todas las alternativas para entregar las guías, llamar a los padres que no tenían internet y demás”, relató.

En la institución educativa rural Granjas Infantiles, catalogada una de las mejores del área metropolitana, también estudian los hijos de los campesinos y trabajadores de la finca de recreo de la zona.

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“Desde antes ya teníamos ciertas dificultades para dar clase y por eso hemos buscado más ideas. Hoy, si alguien quiere apoyarnos, lo puede hacer con tablets o elementos tecnológicos para reforzar las clases. Nuestro interés siempre será enseñar para la vida, que los niños sientan nuestro apoyo y sea alguien bueno para la vida”, puntualizó Ortiz.

Escuche esta nota completa aquí:

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