Por segundo año consecutivo los fieles católicos vivirán una Semana Santa atípica, aunque a diferencia del año pasado sí podrán asistir a los templos.
La entrada se hará bajo estrictos protocolos de bioseguridad, uso permanente y obligatorio del tapabocas, distanciamiento y controles de aforo que no pueden superar el 35%.
Asimismo, no se podrán realizar procesiones y desde la Arquidiócesis se recomendó a cada iglesia celebrar la misma ceremonia más de una vez para que más fieles puedan asistir en diferentes horarios.
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“No se deben realizar procesiones en la calle pues en las manifestaciones religiosas en vía pública no podemos garantizar la aplicación de todos los protocolos”, comentó el padre Diego Diaz delegado para comunicaciones arquidiócesis de Medellín.
Igualmente, se recomienda a los fieles católicos evitar las tradicionales visitas a monumentos y limitarse solo a ir a la parroquia o iglesia más cercana a participar de la ceremonia.
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Las iglesias y templos podrán abrir solo hasta las 9:00 de la noche.