Este es el Editorial de Ana Cristina:
"Cuatro buzos desaparecieron el miércoles pasado cerca de la isla Malpelo, dos de ellos, Hernán Rodríguez y Jorge Morales, fueron localizados por un avión patrullero marítimo del gobierno de Estados Unidos. Después pasaron a recuperación en el buque ARC Punta Ardita de la Armada Nacional.
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Los dos buzos estuvieron 48 horas a la deriva, a 72 kilómetros de Malpelo.
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Un avión de la Fuerza Aérea colombiana continúa haciendo sobrevuelos para encontrar a los otros dos buzos que permanecen desaparecidos: Érika Vanessa Díaz y Carlos Enrique Jiménez, guía instructor en Malpelo.
En esa área marítima se encuentran los buques ARC Punta Ardita y ARC Valle del Cauca.
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La embarcación María Patricia, parte del club de buceo Orcas, de Medellín, continúa pendiente de sus compañeros de expedición. Aunque la Armada Nacional ha trabajado incansablemente con sus medios marítimos para encontrar a Érika Vanesa y a Carlos Enrique, es absolutamente necesario continuar con los sobrevuelos.
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El primero de septiembre, Peter Morse, buzo estadounidense del mismo grupo, fue encontrado por la embarcación Yemayá. Nadó cinco kilómetros y se aferró a una roca de la isla Malpelo. Morse dice que sus compañeros tenían chalecos salvavidas y fueron arrastrados por la corriente.
La “norma de las cien horas” señala que un adulto sano puede sobrevivir hasta cien horas sin agua. Ayer a las 8 de la noche, Érika y Carlos Enrique cumplieron ese tiempo.
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Sin embargo, según la revista Scientific American, que no es una revista académica pero sí informa sobre ciencia y tecnología desde el año 1845, el rango de supervivencia de una persona sin comida ni agua varía entre una y tres semanas, dependiendo del estado físico del individuo, y de su grado previo de hidratación.
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Las condiciones físicas y preparación para la adversidad de Érika Vanessa y Carlos Enrique sugieren que podrían continuar vivos.
El sábado en la noche llovió en la zona del Pacífico, lo que significa que hubo posibilidad de agua para beber.
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El rango de efectividad de la búsqueda por la vía aérea es, por razones obvias de cobertura visual, muchísimo más alto que por la vía marítima. El problema radica en que cada sobrevuelo cuesta entre 20 y 30 millones de pesos.
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No podemos perder las esperanzas de encontrar con vida a estos dos buzos. Los sobrevuelos para hallar con vida a Érika Vanessa Díaz y Carlos Enrique Jiménez deben continuar".