En medio de la crisis que por estos días vive Bogotá por la calidad del aire deteriorada, 10 expertos de reconocidas universidades del país coinciden en que el material particulado proveniente de fuentes de emisión como camiones, camionetas, buses y volquetas, cuyo combustible es el Diésel, son la mayor preocupación en la capital, por lo que las medidas de choque deben orientarse y priorizarse al control de emisiones de estos vehículos.
“Cuando se trata de mitigar la contaminación que llevó a la alerta hay que mirar cómo reducir emisiones, así que lo que hay que ver son las cifras de inventarios de emisiones. Ahí, Transmilenio aporta un 5% (1.8% es una cifra bastante subestimada a mi juicio)”, señaló el profesor y experto Néstor Rojas, quien discrepa de la cifra de contaminación producida por el sistema masivo de transporte en Bogotá como lo ha indicado el mismo distrito, (1,8%) en medio de las alertas en la ciudad en días recientes.
Dentro de las alternativas que los expertos ponen en la mesa se habla de disponer de programas de mantenimiento del anillo vial para mitigar el polvo de las construcciones, pues este, junto a los materiales de construcción, producen un incremento del material particulado. Mientras que el Distrito espera la llegada de algo más de 1.400 buses para la renovación de la flota de Transmilenio (A diésel y gas natural contaminantes), dicen quees necesaria la renovación de los buses tanto de SITP, como las deterioradas busetas y colectivos llamados SITP Provisional.
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Buses “chimenea” de TransMilenio se deben parar: secretario de AmbienteAdemás de una articulación de las entidades para la implementación de medidas, se pidió que se adopten tecnologías limpias en vehículos pesados y, sobre todo, trabajar en planes de prevención y medidas correctivas que vayan más allá de la emergencia ambiental.
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Exposición de las personas a los contaminantes en el sistema Transmilenio
De acuerdo con un estudio realizado y presentado este año por los profesores Rafael Morales y Boris Galvis de la Universidad de La Salle, publicado en Science Direct, se identificaron concentraciones “extremadamente” altas de carbono negro y monóxido de carbono en buses y estaciones, la dosis de 2.5 partículas por millón experimentada durante un viaje de ida y vuelta en el sistema Transmilenio contribuye al 60% de la dosis inhalada diariamente y entre otras, las concentraciones en cabina fueron el doble de grandes para los pasajeros de buses Euro II y Euro III comparados con buses Euro IV o Euro V, también contaminantes, que circulan por la ciudad.
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Durante once meses los expertos realizaron mediciones en carriles del sistema, flota de autobuses y estaciones donde se evidenció que la dosis inhalada por las personas supera las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que viajar en buses de tecnologías muy deterioradas incrementa exponencialmente los efectos.
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