Procuraduría había formulado advertencias al Distrito por calidad del aire

Ante la mala calidad del aire en Bogotá, la Procuraduría General de la Nación había formulado varias advertencias al Distrito por la adquisición de 1.400 buses de TransMilenio a diésel y gas para no continuar afectando el medio ambiente.

En el último documento que la Procuraduría envió tanto a TransMilenio como a la Alcaldía, el Ministerio Público cuestionó que el Distrito no hiciera un mayor esfuerzo para que la nueva flota de buses cumpliera estándares de cero emisiones de gases contaminantes.

“La empresa tampoco adelantó un estudio detallado que permitiera comparar la eficiencia de los motores diésel y eléctrico, para establecer si estos últimos podrían cubrir las exigencias de transporte de la ciudad, y así garantizar que el sistema no siguiera afectando la calidad del aire”, señaló la Procuraduría.

En otra comunicación dada a conocer en abril de 2018, antes de la licitación, la Procuraduría le solicitó al alcalde Enrique Peñalosa que era el momento “para la adquisición de una flota baja en emisiones y la salida de buses contaminantes que por su obsolescencia producen una gran cantidad de contaminantes que afectan la salud y el ambiente”.

No obstante, el alcalde Peñalosa, en una entrevista con BLU Radio el 20 de abril de 2018, dijo ante el requerimiento de la Procuraduría que ese tema se había convertido en un instrumento político y desconocía los criterios que necesitaba la ciudad.

“Hoy hay buses diésel en todas las ciudades del mundo. Entonces no es que estemos haciendo algo aquí que es rarísimo y que afecta el medio ambiente”, indicó Peñalosa.

En ese sentido, el exministro de Medio Ambiente, Luis Gilberto Murillo, le dijo a BLU Radio que había enviado varias comunicaciones al alcalde Peñalosa para que tuviera en cuenta el Acuerdo de París para la renovación de los buses cero contaminantes.

Aseguró que “se le hizo mucho énfasis al Distrito para tener tecnologías bajas en emisiones, buses eléctricos, híbridos o a gas vehicular”.

También indicó que el 59% de la nueva flota son buses a diésel que en Europa están saliendo de operación porque se consideran riesgosos para la salud.

Casi 10 meses después, el Distrito lanzó la alerta naranja y amarilla en la ciudad ante los niveles de contaminación del aire, advirtiendo agentes contaminantes como los vehículos diésel que transitan en la capital.