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Apenas fueron dos goles: editorial de Ley del Montes septiembre 2

Editorial de Óscar Montes en Vive Barranquilla.

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Cuando los nietos de Daniel Hernández, arquero de la selección venezolana de fútbol, le pregunten cuál fue la tarde memorable que vivió en una cancha de fútbol, dirá sin titubear que jamás olvidará el primero de Septiembre de 2016, cuando le tapó un penal a Carlos Bacca y otro a James Rodríguez, en el estadio Metropolitano “Roberto Meléndez” de Barranquilla.
Aunque también hay que reconocer que la manera displicente como ambos jugadores de la Selección Colombia cobraron los penales contribuyó, sin duda, a que el portero Hernández pudiera disfrutar en la noche de ayer de un sueño plácido. De no haber sido por la pésima ejecución de ambos penales -y al derroche de oportunidades por parte de la Selección Colombia- Hernández hubiese vivido una verdadera pesadilla en el “Roberto Meléndez”.
Nadie tiene dudas de que Colombia mereció ganar por muchos más goles que ese mísero dos a cero con que derrotó a Venezuela. Pero en el fútbol los merecimientos no cuentan. En el fútbol cuentan los goles que se hacen y los que se reciben. Nada más. Y Colombia sólo hizo dos, aunque los expertos dirán que mereció meter mínimo seis. De esos seis que debieron meterse, pero no se metieron, dos corresponden a los penaltis errados por Bacca y James. A ellos hay que sumarles los que se comieron el propio Bacca, Roger Martínez y Luis Muriel.
Colombia manejó el partido en todo momento y el triunfo nunca estuvo comprometido. Venezuela demostró por qué razón ocupa el último lugar de la tabla de clasificación. Es un equipo en formación y con poca vocación de triunfo. Es muy difícil ganar cuando no se tiene ganas de triunfar. Esos milagros no existen en el fútbol.
La siguiente estación de Colombia será en Manaos, cuando la Selección enfrente a Brasil, que ya no es tan poderosa como sus jugadores creen, pero tampoco tan débil como nosotros pensamos.
Pero es evidente que Brasil no es Venezuela y que si queremos derrotarla, nuestros jugadores deberán concretar las posibilidades de gol que se presenten, que de seguro no serán muchas.
Antes de ese partido Bacca y James deben ensayar hasta la saciedad los cobros de los penales. No vaya y sea que cuando los nietos del portero de la Selección Brasil le pregunten por su tarde inolvidable en una cancha de fútbol, este les responda: la tarde aquella en que le tapé dos penaltis a Bacca y a James, como seguramente les contará Daniel Hernández, arquero de Venezuela, a los suyos.  
 

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