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Barranquilla, capital de la alegría: Columna de Óscar Montes

El panelista Óscar Montes habló sobre el Carnaval de Barranquilla.

296895_Blu Radio/ Panelista de BLU Radio Barranquilla, Óscar Montes. Foto: Cortesía
Blu Radio/ Panelista de BLU Radio Barranquilla, Óscar Montes. Foto: Cortesía

Barranquilla una vez más le respondió a Colombia, el Carnaval que termina hoy con el entierro de Joselito logró convocar al pueblo currambero a todos los eventos, hasta el punto de que no hubo uno solo que no contara con su desbordante y contagiosa alegría.

El Carnaval que termina ha sido el de la "sabrosura", como bien lo definió nuestra soberana Valeria Abuchaibe Rosales, quien se entregó por completo a la fiesta más popular de Colombia.

Nada pudo opacar la felicidad de un pueblo que siente un profundo amor por su fiesta más tradicional.

Lea también: ¿Desde cuándo es el ELN el que da las órdenes? Columna de Óscar Montes

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Hay que destacar el compromiso total de las autoridades civiles, militares y de Policía para que el Carnaval transcurriera sin ninguna mancha.

El reto no era fácil, dado los fatales antecedentes, propinados por el acto demencial del ELN, que produjo la muerte de cinco de nuestros policías.

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Pero todos respondieron con eficiencia. El Alcalde Alejandro Char, el gobernador Eduardo Verano y todos los miembros de su gabinete, así como las primeras damas, estuvieron atentos al buen desarrollo del Carnaval.

El general Mariano Botero Coy, comandante de la Policía, también estuvo al frente de todos y cada uno de sus hombres para que desempeñaran sus funciones de forma óptima.

Las directivas de Carnaval S.A. estuvieron a la altura del reto impuesto por un evento que demanda mucho esfuerzo y dedicación, no sólo por el número de participantes, sino por la logística que se requiere para que todo salga de la mejor manera. Carla Celia y todo su equipo también merecen un reconocimiento por su destacada labor.

Obviamente no faltaron los lunares, como el uso de las incómodas espumas, cuya venta y distribución debe ser controlada por las autoridades.

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Los grandes eventos, como la Batalla de Flores y La Guacherna, terminan de manera desordenada y ello se convierte en un lunar de los mismos.

Algunos asistentes a los palcos denunciaron  sobre venta en varios de ellos, lo que causó gran malestar. El cambio abrupto de los horarios de algunos eventos, como el desfile de los niños por la 84, también causó traumatismos, en especial en lo que tiene que ver con el tránsito y la movilidad.

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