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¡Lo que faltaba: Justicia por mano propia!: editorial de Óscar Montes

Editorial de Óscar Montes en Vive Barranquilla.

271177_BLU Radio Óscar Montes - Foto: cortesía Publimetro
BLU Radio Óscar Montes - Foto: cortesía Publimetro

Una de las formas primitivas de Justicia está contenida en el Código de Hammurabi, que tuvo vigencia antes de Cristo y establecía la famosa Ley del Talión, cuya máxima premisa es la de "vida por vida, ojo por ojo y diente por diente". Se trataba -fundamentalmente- de una justicia basada en la retaliación, que no es cosa distinta a la venganza. Es decir, no era Justicia.
 
Pues bien, en Barranquilla -por cuenta de la inseguridad que nos agobia- estamos llegando a los límites de la Justicia por mano propia, en la que los ciudadanos consideran que nadie mejor que ellos puede castigar a quienes delinquen o atentan contra sus derechos, pues sienten que las autoridades no actúan y -además- desconfían de todas y cada una de sus decisiones. La motivación principal -¡qué duda cabe!- no es la justicia, como corresponde a una sociedad moderna y civilizada, sino la venganza, como si se tratara de tiempos primitivos.
 
La venganza no es Justicia: es barbarie. Así de simple. Suplantar a las autoridades para castigar a quienes han violentado la Ley no es una muestra de civilidad. Es todo lo contrario: es prueba de salvajismo. El Estado Social de Derecho que nos rige establece las penas y los castigos que deberán recibir quienes violen las normas establecidas para nuestra convivencia.
 
Ayer un grupo de ciudadanos atacaron a unos presuntos fleteros, en la vía 40, en momentos en que -al parecer- atracaban a un pasajero, quien se lanzó del vehículo y pidió ayuda. Los energúmenos socorristas la emprendieron contra el vehículo, su conductor y los supuestos asaltantes. A la postre el carro fue destrozado y los presuntos atracadores resultaron heridos.
 
Aunque la paciencia de la ciudadanía ya llegó al límite con la inseguridad que vive Barranquilla, esa clase de reacción es repudiable y no puede tolerarse. No es igualándose con los delincuentes como se combate la delincuencia. Para ello es necesario y urgente que las autoridades actúen con prontitud y eficiencia, algo que -por desgracia- no está sucediendo. 
 
Barranquilla no puede caer en la barbarie y el salvajismo, que permite hacer justicia por mano propia, aplicando la máxima de "vida por vida, ojo por ojo y diente por diente". No es por esa vía que vamos a superar el difícil momento que atraviesa la ciudad en materia de seguridad. En este caso el remedio resulta peor que la enfermedad.

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