Otro testimonio de una mujer integrante de la familia -hoy de 27 años- también lo señala de haber abusado de ella cuando era menor de edad.
Los hechos denunciados se han visto agravados por el grado de consanguinidad de las víctimas con el victimario, así como por el reconocimiento social del que goza la familia de Alberto Iglesias, lo que le ha dado una mayor relevancia al asunto.
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De acuerdo con la Fiscalía que investigó las denuncias, existe suficiente material probatorio -varios testimonios entre ellos, así como evidencias físicas hechas por médicos y psicólogos- que llevan a ese organismo a solicitar una pena de 15 años de cárcel para Iglesias, puesto que los ultrajes se habrían repetido en múltiples oportunidades.
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De demostrarse la responsabilidad de Iglesias en los hechos, es de esperarse que sobre él recaiga todo el peso de la Ley, incluyendo el cumplimiento de la pena en un establecimiento carcelario, pese a su edad avanzada de 75 años. Los derechos de los menores, su integridad física, psicológica y moral, están por encima de cualquier otra consideración social.
De ser hallado culpable, la pena contra Iglesias debe ser ejemplar y ajena a cualquier tipo de beneficios. Ya está bueno de tantos abusos en contra de nuestros niños cuyo futuro se trunca, por encontrarse en su camino con criminales que no sólo malogran su vida, sino la de todo su entorno familiar.