Un fenómeno llamado Nairo: editorial de Ley del Montes septiembre 12

Nairo Quintana es el mejor ciclista colombiano de todas las épocas. Y eso significa mucho. Significa ser mejor que Martín Emilio “Cochise” Rodríguez, que Lucho Herrera, que Fabio Parra y que tantos otros que alcanzaron tantos triunfos y nos llenaron de orgullo.
Nairo Quintana es el mejor ciclista colombiano de todas las épocas, porque con apenas 26 años, ya ganó dos de las tres carreras más importantes del mundo: el Giro de Italia y la Vuelta a España. Y como si ello no fuera suficiente, las tres veces que ha competido en el Tour de Francia –la carrera más exigente de todas- ha ocupado un lugar en el pódium. Este año lo derrotó otro monstruo llamado Cris Froome.
Los expertos sostienen que más temprano que tarde, Nairo llegará triunfante a los Campos Elíseos. Pocos dudan de las capacidades del humilde corredor boyacense para llegar a ocupar muy pronto un lugar en la historia del ciclismo mundial. Poco a poco logrará ese propósito.
Su triunfo ayer en la vuelta España, donde estuvo acompañado en el pódium por otra promesa de nuestro ciclismo –Esteban Chaves, quien ocupó el tercer lugar, después de Cris Froome- demostró que Nairo Quintana tiene las condiciones para permanecer por mucho tiempo en la élite del ciclismo mundial.
Nairo es el segundo colombiano que gana la Vuelta a España, treinta años después de que Lucho Herrera se impusiera en la exigente competencia ibérica. Ayer volvimos a emocionarnos hasta el llanto al ver a un compatriota alzar los brazos en el Paseo de la Castellana, mientras todos sus rivales aceptaban con gallardía la derrota.
La delegación de ciclistas que nos representan en Europa es de primerísimo nivel, pues al lado de Nairo se destacan Esteban Chaves, Darwin Atapuma, Rigoberto Urán, Winner Anacona, José Serpa y Jarlinso Pantano, quienes también han tenido actuaciones destacadas en el viejo continente.
El triunfo de Nairo Quintana ayer en España es también un logro de todos ellos, quienes salieron de sus hogares en Colombia para buscar un mejor futuro para su familia, con todo lo que ello implica en materia de esfuerzos y sacrificios.
Ojalá que sus triunfos sean premiados no solo con palabras de aliento y palmaditas en la espalda. Ya es hora de que Colombia vuelva a tener un equipo de primer nivel compitiendo en Europa, como ocurrió en los 80.  ¿Será que nadie de la empresa privada se le mide a ese desafío?