El dolor que dejó de la explosión del carro bomba dentro de la Escuela de Cadetes General Santander en Bogotá se trasladó a Tuluá, en el centro del Valle, donde también hay incertidumbre por el desaparecimiento de un joven nacido en ese municipio que se preparaba para ser oficial de Policía.
Se trata de Diego Alejandro Pérez, un joven que hacía parte del curso 112 de oficial y no aparece después del atentado.
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Su familia, residente en el barrio San Antonio
, lo recuerda y no pierden la esperanza de que aparezca con vida.
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“Él soñaba con ser como su papá: un policía. Anhelaba servirle al país y estaba muy contento por el ascenso”, dijo uno de sus tíos a BLU Radio.
El pasado 24 y 31 de diciembre Diego Fernando compartió las fiestas decembrinas con su familia y les expresó su felicidad por haber obtenido uno de los primeros lugares en el curso de oficiales.
El cadete llevaba dos años en la escuela, en Bogotá,y en diciembre de 2019 se graduaría como oficial.
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En medio de la incertidumbre, los padres de Diego Alejandro viajaron a Bogotá para realizarse pruebas de ADN y establecer si fue una de las víctimas.
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En la capital del país están siendo acompañados por profesionales y sicólogos.
“Amaba lo que hacía y soñaba con servirle a la patria. Hacía poco había subido una foto a su Facebook agradeciéndole a Dios y a su padre por permitirle ser policía y por cumplir su sueño. Ahora no sabemos qué hacer”, concluyó el familiar.
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