Raúl González, vendedor ambulante de Bucaramanga de 69 años, decidió bajar la bandera de siete colores de la comunidad Lgbti que había ordenado izar el alcalde Rodolfo Hernández por 10 días.
El hombre se declaró indignado por el hecho asegurando que “no queremos esto en Bucaramanga porque hay niños aquí que están viendo eso y entonces después quieren volverse al homosexualismo. Esa bandera hay que bajarla y meterle candela”, señaló Raúl González.
El vendedor aseguró que la sociedad bumanguesa no puede permitir estos “atropellos” contra su dignidad y que constituye una gran pérdida de valores morales.
La bandera fue puesta nuevamente en una de las atas de la entidad hasta que se cumplan los 10 días ordenados por el mandatario local.
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