Investigadores hallaron el "interruptor" que estimula o frena las ganas de hacer deporte; se trata de dos proteínas que activan el área del cerebro que controla el movimiento y que incitan a estar más activos.
Los resultados del trabajo, que hoy se publica en la revista Sciences Advances, podrían servir de base para diseñar fármacos que predispongan al ejercicio y para elaborar planes de entrenamiento personalizados.
Los investigadores han comprobado cómo el propio músculo regula el interés por el ejercicio a través de una vía de señalización entre el músculo y el cerebro que no se conocía hasta ahora.
Y es una de las que determinan que cuando una persona hace ejercicio tenga el impulso de hacer todavía más.
Se desveló, además, que las proteínas que produce el músculo con el ejercicio se regulan entre sí y evitan de esa manera que el deseo de ejercitarse acabe perjudicando al propio organismo.
Los resultados se basan en datos obtenidos en modelos animales y también de humanos -voluntarios que realizaron ejercicios controlados y pacientes con obesidad.
Las conclusiones sugieren que la vía de señalización identificada desempeña un papel crucial en la regulación de la actividad física tanto en los animales como en las personas y refuerza su importancia clínica.
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