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Gremio, con Borja y Campaz en el terreno, igualó con Corinthians y puso pie y medio en el descenso

Gremio, uno de los clubes históricos de Brasil y campeón tres veces de la Copa Libertadores, necesita un milagro para mantener la categoría.

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Gremio
Foto: Twitter @Gremio

El Gremio empató 1-1 este domingo ante el Corinthians en la penúltima jornada de la Liga brasileña y bajará a Segunda División, si Juventude y Cuiabá puntúan este lunes frente a Sao Paulo y Fortaleza, respectivamente, mientras que el Atlético Mineiro celebró el título con una victoria sobre el Bragantino.

El Tricolor Gaúcho arribó a la capital paulista con el agua al cuello y se marcha con la sensación de que le hace falta algo más que un milagro para mantenerse en la máxima categoría del fútbol brasileño.

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Y eso que empezó cargado de ilusión con el tanto inicial de Diego Souza. El delantero brasileño de 36 años desequilibró el encuentro en el minuto 38 con un gol marca de la casa, de puro delantero.

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Recibió un centro de Ferreira en el corazón del área, controló con el pecho y remató con la punta de la bota ante la salida tardía del portero local.

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A partir de ahí, el Gremio, uno de los clubes históricos de Brasil y campeón tres veces de la Copa Libertadores, recogió cable y esperó atrás a la espera de una sentencia con un contragolpe.

Pero, cuando se veían con los tres puntos en el bolsillo, apareció el centrocampista Renato Augusto en el minuto 85 para devolver la igualdad con un disparo formidable desde fuera del área, colocado, que entró por la escuadra, después de tocar levemente el palo.

Antes había entrado para el Gremio el atacante colombiano Miguel Borja, que no tuvo mucha influencia en el juego.

El Corinthians tuvo incluso en los minutos finales ocasiones para firmar el certificado de defunción del equipo de Porto Alegre, que sale vivo del NeoQuímica Arena de Sao Paulo, pero herido de muerte.

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Con el pitido final, las caras de los jugadores del cuadro de Vagner Mancini, antepenúltimo en la clasificación con 40 puntos, eran de absoluta desolación, pues ahora necesitan una auténtica carambola de resultados para salvarse.

Para no bajar al infierno, tendrán que ganar en la última jornada al flamante campeón Atlético Mineiro, que este domingo ganó 4-3 al Bragantino en plena resaca, y esperar a que Juventude y Cuiabá pierdan los dos partidos que les quedan. Un auténtico milagro.

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