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Crash Church, la iglesia brasileña que habla de Dios con Heavy Metal

En el interior de un garaje de Sao Paulo suenan los primeros acordes de una canción de Heavy Metal. La letra habla de Jesucristo y de la salvación y su palco es la Crash Church, una iglesia evangélica frecuentada por amantes del rock que buscan la palabra de Dios a través de la música.

Como en un concierto de rock "duro", los feligreses se visten de oscuro y sacuden fuertemente la cabeza cuando el bajo eléctrico y la batería comienzan a sonar en una sala pintada de negro y decorada con tribales blancos.

 

Tras varias canciones de alto voltaje, los fieles, algunos con camisetas de Metallica o Joy Division, se sosiegan y el pastor Batista comienza el culto. No usa traje, como la mayoría de los ministros evangélicos, sino pantalones vaqueros y unas deportivas blancas y rojas.

 

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Además de pastor, Batista es vocalista de un grupo cristiano de death metal llamado "Antidemon" y uno de los fundadores de esta iglesia "no convencional" creada en 1998 por "necesidad divina".

 

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Detrás de un púlpito con aires medievales, el pastor Batista lee el Evangelio, mientras que los devotos lo siguen en sus teléfonos móviles, en Sagradas Escrituras de papel o a través de las pantallas de televisión donde se reproducen los pasajes bíblicos.

 

Batista utiliza jerga popular para explicar la palabra del Señor e intercala las lecturas con las canciones de rock, que, a pesar de su intensidad, no alteran a dos bebés de pocos meses que duermen en los brazos de sus madres, ni a la señora de unos 80 años que escucha impávida la estridente música.

 

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En 1994 el 75 % de los brasileños era católico, pero ese porcentaje se ha reducido hasta el 50 %, mientras que los evangélicos han avanzado hasta representar al 29 % de la población.

 

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Tan solo entre 2014 y 2016, el catolicismo, la religión dominante en Brasil, perdió a 9 millones de fieles en el país suramericano, donde los evangélicos cuentan con un gran poder político y económico.

 

Según el último censo, el número de brasileños que se declaró cristiano pentecostal saltó del 10 % en el año 1994 al 22 % actual, mientras que los no pentecostales ascendieron del 4 % al 7 %. 

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