La mujer residía en Arlington, Estados Unidos, y se preparaba para encontrarse con su hijo en Santiago de Compostela.
Vecinos y amigos de Ana María Ángel, se refirieron a la víctima. “Es triste porque uno no espera que se vaya de esa manera”, aseguró Antonio Vargas, un tendero que vive en el mismo barrio de Ana María.
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Ángel de Córdoba, trabajaba en la diócesis de Arlington, y escribía en una revista de la población. El cura José Hoyos habló de la relación con Ana María en la diócesis: “antes de viajar a España, ella se confesó y me pidió la bendición”.
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La colombiana también tenía nacionalidad estadounidense. Su esposo es colombiano y se encuentra, junto a su hija menor, en un hospital cercano al accidente recuperándose de las heridas.
La tragedia ferroviaria ocurrida este miércoles dejó 78 personas muertas y más de 130 heridos.
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