En este sentido, hizo un llamado para que se implementen medidas que las vuelvan compatibles con los Derechos Humanos y las libertades fundamentales.
“No podemos seguir saturando nuestros sistemas penitenciarios con personas que han incurrido en delitos menores: cultivadores y personas que portan pequeñas cantidades, muchas veces de manera forzada o en un contexto de carencias económicas. Colombia ve con la mayor preocupación la suerte de decenas de compatriotas que se encuentran en distintas cárceles alrededor del mundo pagando cadenas perpetuas o sentencias de pena de muerte por delitos relacionados con las drogas. Este tipo de medidas no solo son inhumanas sino ineficientes”, dijo el Ministro.
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Reyes añadió que este debate sobre la promoción de un enfoque en derechos humanos es una oportunidad histórica de responder de manera más eficiente y humana a un problema que afecta a millones de personas y que en el caso de América Latina ha tenido un alto costo. Al tiempo, señaló que nada justifica la estigmatización y exclusión de los usuarios de drogas, la coacción frente a las adicciones, la discriminación de las minorías, la tortura o la pena de muerte, entre muchos otros temas.
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También hizo la salvedad de que una política de drogas enfocada en los Derechos Humanos, “no significa, bajo ninguna circunstancia, reducir el esfuerzo institucional para hacerle frente a las redes criminales, sino lograr políticas públicas más inteligentes y eficaces que reconozcan los distintos niveles de la cadena del narcotráfico, y para cada uno defina estrategias claras y proporcionales”.
El jefe de la cartera de Justicia instó a que el debate vaya más allá de UNGASS2016 y se empiecen a generar políticas reales de atención al consumidor y a los pequeños eslabones del narcotráfico, como los cultivadores.
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