La afectación del Puerto de Barranquilla se ha generado por la falta de una ejecución óptima del contrato de dragado y no por la actual crisis de COVID-19, así lo denuncian las autoridades portuarias.
A finales del año pasado el calado de Barranquilla era crítico para la competitividad de su industria y su comercio. Y, para mitigar esa afectación, se suscribió un contrato de dragado para la zona portuaria por $22.873 millones entre Findeter y el Consorcio Shanghai Dredging – Ingecon. Sin embargo, el director de Asoportuaria, Lucas Ariza, denuncia que la ejecución del mismo ha sido muy pobre.
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“Se requieren medidas contundentes y se hace un llamado a la ministra de Transporte para que el contratista dé cumplimiento, pues la ejecución se ha visto limitada. El contratista avanza y luego suspende por cinco o seis días, son muy rápidos para frenar el dragado y muy lentos para retomar las acciones”, afirmó Ariza.
Esto ha representado para el sector industrial y comercial, para importadores y exportadores y para los usuarios del puerto sobrecostos tasados en USD $2.046.265. Para los puertos de la ZPB, por su parte, la afectación representa pérdidas cercanas a los USD $1.538.463. A pesos colombianos actuales, representa una afectación de $14.338.911.
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El contrato, que estipula el dragado de 1.864.494 m3 de sedimento hasta el 31 de diciembre de 2020, también contempla en sus términos de referencia cumplir con un canal de diseño que le permita a la autoridad marítima Dimar establecer un calado operativo de 10,20 metros.
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