En el norte de Perú, los "bailarines de la muerte" realizan coreografías mientras cargan féretros camino al cementerio, combinando solemnidad y celebración.

La tradición de los "bailarines de la muerte" comenzó hace ocho años y se ha extendido desde la ciudad costera de Huacho a otras localidades del norte chico de Perú.

Los servicios de los bailarines de la muerte pueden incluir danzas como el huayno, la marinera y la cumbia, al ritmo de una banda de pueblo.

Los cargadores fúnebres, en su mayoría universitarios o trabajadores de otros oficios, ensayan en sus ratos libres para ofrecer un homenaje memorable a los difuntos.

A pesar de la naturaleza festiva de la práctica, los bailarines de la muerte toman su labor con seriedad y respeto hacia los fallecidos y sus familias.

Los servicios de los bailarines de la muerte pueden costar alrededor de 106 dólares por pedido y pueden realizar hasta 20 servicios al mes.

Aunque la labor de cargar los féretros puede ser físicamente exigente, los bailarines de la muerte consideran que es una forma de honrar a los fallecidos y recordarlos con alegría.

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