El implante, que se ha probado en animales, es blando, flexible y sin pilas; se adhiere a la pared de la vejiga para detectar el llenado y transmite datos de forma inalámbrica y simultánea a una aplicación de teléfono inteligente para que el usuario pueda controlar el llenado de la vejiga en tiempo real.
El sistema de sensores también puede permitir a los médicos monitorizar a sus pacientes de forma remota y continua para tomar decisiones de tratamiento más informadas y rápidas, señala la Universidad de Northwestern, líder del estudio que se publica en PNAS.
"Si los nervios de la vejiga resultan dañados por una intervención quirúrgica o una enfermedad como la espina bífida, el paciente suele perder la sensibilidad y no es consciente de que su vejiga está llena", explicó Guillermo Ameer, de Northwestern y uno de los firmantes del trabajo.
Para controlar la vejiga, el nuevo dispositivo elástico consta de varios sensores que miden la tensión y que se expande a medida que el órgano se va llenando.
Cuando los sensores detectan distintos niveles de tensión, el dispositivo utiliza tecnología Bluetooth integrada para transmitir esa información a un teléfono inteligente o una tableta.
El “avance clave” en este caso es el desarrollo de unos medidores en forma de bandas, superblandas, ultrafinas y extensibles que pueden envolver suavemente la superficie exterior de la vejiga, sin imponer ninguna restricción mecánica a los comportamientos naturales de llenado y vaciado.
En estudios con animales pequeños, el sistema proporcionó mediciones en tiempo real del llenado y vaciado de la vejiga durante 30 días y con primates durante ocho semanas.
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