Desde James Lebron, la estrella del baloncesto, hasta personas del común han levantado su voz de protesta por un nuevo caso de brutalidad policial contra personas negras en los Estados Unidos. Esta vez por el asesinato de Minneapolis de George Floyd a manos de policías que en un acto de excesiva fuerza lo someten en el piso, le ponen la rodilla en el cuello y terminan asesinándolo por asfixia.
Una de las protestas empezó en el lugar de la muerte de Floyd y terminó frente a una comisaría cercana, donde la Policía antidisturbios lanzó gases y pelotas de goma a los manifestantes tras algunos desperfectos, según el periódico local The Star Tribune.
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Los manifestantes marcharon al grito de "¡no puedo respirar!", el mismo que pronunció Floyd mientras uno de los agentes le tuvo inmovilizado durante minutos con la rodilla sobre su cuello.
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La congresista demócrata Ilhan Omar, que representa a la ciudad de Mineápolis, dijo que "lo que está ocurriendo esta noche en la ciudad es vergonzoso", al instar a la Policía a "actuar con moderación" y dar "espacio para sanar" a la comunidad.
"Disparar pelotas de goma y gases lacrimógenos a manifestantes desarmados cuando hay niños presentes no debería ser tolerado. Nunca", afirmó.
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El alcalde de Mineápolis, Jacob Frey, anunció el despido de cuatro agentes de Policía implicados en los hechos que derivaron en la muerte de Floyd, incluido el uniformado que aparece en los vídeos con la rodilla sobre su cuello.
"Ser afroamericano en Estados Unidos no debería ser una condena a muerte", expresó Frey.
Varios transeúntes presenciaron los hechos ocurridos con Floyd, lo que facilitó que vídeos se difundiesen rápidamente en las redes sociales. La Policía lo había detenido bajo sospecha de haber intentado usar un billete falso de 20 dólares en un supermercado.
"Por favor, por favor, por favor, no puedo respirar. Por favor", se escucha a Floyd, de 40 años, mientras el hombre agoniza.
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Tanto el FBI como las autoridades estatales en Minesota han iniciado una investigación sobre los hechos.
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