En el pueblo francés Tonnerre existe un pozo sin fondo que despierta la curiosidad de los nativos y turistas debido a su misterioso origen
Por muchos años, el manantial de color azul intenso fue considerado por los celtas como una fuente de agua sagrada
Tiempo después, los primeros en documentar el Fosse Dionne fueron los romanos, quienes construyeron una civilización a su alrededor y lo incorporaron a su vida cotidiana
Luego, los franceses usaron el pozo como una piscina pública, pero nadie ha logrado descubrir el origen del manantial que ya cobró la vida de tres buzos, quienes intentaban llegar al fondo
Los primeros intentos para descubrir el misterio de las profundidades se llevaron a cabo en 1974 por dos buzos profesionales quienes se sumergieron y nunca más salieron a la superficie
En 1996, las autoridades francesas contrataron a otro buzo profesional para que llevara a cabo la misión de llegar hasta el fondo, pero corrió con la misma suerte de los dos anteriores y murió en el intento
Luego de varios años de los fatídicos hechos, en el 2018, Pierre - Éric Deseigne se adentró en las aguas para intentar nuevamente descubrir lo que había en el interior y logró bajar 70 metros, pero al ver que el fondo se encontraba muy lejos, decidió salir a la superficie y contar lo que había visto
Según Pierre, adentro había cuevas, rocas calizas y estrechos paisajes. Desde el interior de Fosse Dionne se expulsan 311 litros de agua por segundo, medida que puede variar en épocas de lluvias
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