Lucy Letby, una enfermera británica de 34 años, ha sido condenada a cadena perpetua por decimoquinta vez, por el intento de asesinato de una bebé prematura conocida como 'Baby K'.
El jurado de un tribunal de Mánchester concluyó que Letby intentó matar a 'Baby K' en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Countess de Chester en febrero de 2016.
En agosto de 2023, Letby ya había sido condenada a cadena perpetua por el asesinato de siete recién nacidos prematuros y por intentar matar a otros seis entre 2015 y 2016.
La fiscal Nicola Wyn Williams describió el caso como "increíblemente difícil, complejo y perturbador" y señaló que la sentencia significa que Letby nunca saldrá de prisión.
El juez James Goss indicó que Letby negó fríamente cualquier responsabilidad y no mostró remordimiento, reafirmando su inocencia durante el juicio.
Un asesor pediátrico testificó haber visto a Letby de pie junto a 'Baby K' sin hacer nada mientras los niveles de oxígeno de la niña caían, concluyendo que Letby movió deliberadamente el tubo respiratorio en un intento de matarla.
'Baby K' fue trasladada a un hospital especializado y murió tres días después debido a su prematuro nacimiento, aunque Letby no fue acusada de su fallecimiento.
A pesar de las condenas, los motivos detrás de los actos de Lucy Letby nunca fueron esclarecidos, lo que añade un nivel de misterio y horror al caso, el cual ha tenido un impacto profundo en la comunidad médica y en el público en general.
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