Ante un fuerte sonido que aparece de la nada, simulando una ráfaga de disparos contra la escuela, los alumnos se lanzan al suelo y se protegen la cabeza con los brazos.
Los "disparos" son producidos por otros estudiantes que golpean una lámina de lata para simular el ataque en el simulacro de rutina.
Todos los estudiantes de primaria y secundaria, unos, en los salones; otros, en los corredores y el patio de la Escuela Manuel Aguirre, en las favelas de Caracas, reaccionan para aprender a reaccionar.
"Así como enseñamos a leer y escribir, tenemos que darles herramientas a los chicos para que puedan defenderse y aplicarlas en casa", declaró a AFP la directora del colegio.
En las favelas de Petare, en Caracas, donde el crimen y el narcotráfico golpean fuerte, hace pocos días hubo tiroteos entre bandas que obligaron a suspender temporalmente las clases.
El simulacro toma unos 20 minutos, tiempo en en el que todos los estudiantes deben avanzar en cuclillas hasta un "espacio seguro" demarcado en una pared.
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