El panadero francés que había iniciado una huelga de hambre como protesta contra la expulsión de su aprendiz, un joven inmigrante guineano sin papeles amenazado de expulsión, anunció este jueves a la AFP que las autoridades regularizaron su situación.
"Laye tiene sus papeles y va a reanudar el trabajo el martes", anunció el panadero Stéphane Ravacley, que llevaba más de una semana en huelga de hambre en protesta por la amenaza de expulsión de su empleado.
Ravacley ha pasado más de un año formando en el oficio de panadero a Laye Fodé Traore en la ciudad de Besançon (este) desde que lo contrató en septiembre de 2019, después de que llegara a Francia cuando aún era menor.
Pero después de cumplir 18 años, el joven guineano fue informado de que iba a ser enviado de regreso a su país natal.
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"Perdemos el 70% de los jóvenes después del CAP (un certificado obtenido en dos años) porque ya no quieren seguir o porque los jefes no los cuidan adecuadamente", había dicho el panadero, que como muchos artesanos en Francia tiene dificultades para encontrar aprendices.
"Así que, ¿por qué no aceptamos a estos chicos que se mueren de hambre en sus países y quieren trabajar aquí? No están tomando el lugar de los franceses", añadió, en declaraciones hechas cuando inició su huelga de hambre.
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La alcaldesa de Besançon, Anne Vignot, escribió al ministro del Interior, Gérald Darmanin, solicitándole que se le permitiera quedarse en Francia.
Traore también apeló formalmente contra la orden de deportación.
Ravacley dijo que la prefectura regional le informó que la apelación había tenido éxito y añadió que el joven "prácticamente lloró" al escuchar la noticia.
"Es un gran momento, una victoria y ahora lucharemos por los demás (en la misma situación)", dijo el panadero.
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