Limpiar los desagües de la capital tailandesa es una tarea ingrata que se le asigna a los prisioneros, quienes deben bajar a las alcantarillas subterráneas y limpiar con fuerza de brazo cada uno de los rincones

Bangkok, una ciudad que cuenta con más de 14 millones de habitantes, tiene un problema constante y es que sus calles por lo general se inundan, debido a las lluvias constantes que hace que su sistema de drenaje se desborden rápidamente

Para dar solución, los prisioneros, vestidos con botas de protección y guantes gruesos, levantan las losas de cemento que recubren las tuberías y descienden para raspar las paredes y así recolectar los residuos malolientes en grandes recipientes de hierro

"Es un trabajo demasiado duro y agotador"

declaró a AFP un prisionero de 33 años, que no fue autorizado a dar su nombre

En total, 80 reclusos de tres prisiones fueron reunidos en un barrio al este de Bangkok para realizar la desagradable labor

Con el trabajo que nadie quiere hacer, los presos recolectan un poco de dinero y, también reducen sus condenas por los días trabajados

"Siempre me ofrezco de voluntario para hacer este trabajo, para poder volver más pronto a mi familia",

explicó el hombre

Los alimentos que reciben los reclusos durante el día de trabajo, son donaciones de los comerciantes de los barrios, quienes se alegran de ver las alcantarillas que están frente a sus locales completamente limpias

"Es la primera vez desde la pandemia" que los presos limpian las alcantarillas, declaró un guardia del centro de detención de Bangkok a AFP

Algunos de los prisioneros encuentran en este trabajo una forma de sentirse mejor en relación con su pasado delictivo

"Hemos cometido errores en la vida, lo que hace que acabemos en prisión, entonces me satisface tener una oportunidad de salir y servir a la gente",

aseguró

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