El médico ruso Leonid Rogozov se vio obligado a practicarse una cirugía de apendicitis a sí mismo mientras se encontraba en una expedición en la Antártida

Los síntomas lo alertaron

El 29 de abril de 1961 Leonid comenzó a sentirse enfermo, pues presentaba una fiebre muy leve, cansancio y náuseas

Horas más tarde los síntomas empeoraron y comenzó a sentir un fuerte dolor en la parte derecha del abdomen, por lo que de inmediato supo que estaba sufriendo de una apendicitis avanzada

Decidir entre la vida o la muerte

Con tan solo 27 años y como era el único cirujano del equipo de 12 personas que conformaban la sexta expedición a la Antártida decidió someterse a cirugía porque no había posibilidad de que lo trasladaran a un hospital

Con ayuda de un meteorólogo y un conductor de tractores, quienes le alcanzaban los implementos quirúrgicos y le sostenían un espejo, se inyectó 0.5 % de novocaína como anestésico local

Se perforó los intestinos y tuvo que coserlos

Una vez la anestesia hizo efecto, procedió a realizarse una incisión de aproximadamente 12 centímetros de largo en el abdomen para buscar su apéndice, pero tuvo varios contratiempos durante el procedimiento que lo obligaron a tomar pausas

Si esperaba un día más la apéndice se reventaría

Cuando la encontró se dio cuenta de que la apéndice tenía una coloración oscura en la base, así que se inyectó antibióticos para lidiar con la infección una vez la extrajo sin anestesia

En su diario escribió la anécdota y contó que no había usado el espejo pues la vista invertida que le ofrecía no era buena idea, por lo que hizo todo el procedimiento sin guantes y al tacto

"¡Mis pobres asistentes! En el último minuto los miré. Estaban ahí vestidos con las batas blancas quirúrgicas, pero más blancos que ellas" escribió en su diario Leonid Rogozov

La cirugía culminó con éxito tras dos horas de intervención, con siete días de recuperación se retiró los puntos y dos semanas después continuó con las labores de construcción de la base Oasis Schirmacher

Una vez finalizada la construcción de la base tuvieron que quedarse por un tiempo más en la Antártica por una fuerte tormenta que imposibilitaba emprender el viaje devuelta a sus casas

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