Lo perdió todo en el terremoto, pero su vocación por salvar vidas en Siria lo mantiene en pie
A pesar de estar pasando por una situación difícil con su familia que se encontraba sepultada bajo las ruinas de su casa, el anestesiólogo Abdel Baset Khalil hace todo lo posible por atender a los heridos del terremoto en la ciudad de Harem en Siria
El personal médico de los hospitales en Siria, en especial en Harim, se ha visto en la obligación de sobrellevar la emergencia con los equipos médicos que tienen, pues enfrentan una carencia por la presencia de los rebeldes y los enfrentamientos
"Ayudaba a personas en el hospital mientras mi esposa y mi dos hijas estaban bajo los escombros, no podía hacer nada por ellas",
explicó a AFP Khalil, un anestesiólogo de 50 años que trabaja en el hospital de Harim
En el momento en que ocurrió el terremoto, Abdel estaba trabajado en el hospital, pero cuando el movimiento se detuvo salió corriendo hacia su casa a ver si todo estaba bien
Cuando llegó encontró un montón de escombros en donde antes estaba su hogar. Debajo de ellos había quedado sepultada su familia
Sin poder ayudar a sus seres queridos el hombre regresó al hospital para atender a las personas heridas y recibir los cadáveres que llegaban sin parar. Entre las víctimas mortales tuvo que ver al director administrativo y a la jefe de enfermería de su lugar de trabajo
"El primer día fue muy difícil, muy difícil, fue como si 50 años hubieran pasado en un solo día",
recuerda el anestesiólogo
En sus tiempos libres, Abdel aprovechaba para ir al lugar en donde antes estaba su casa y ayudar con las labores de remoción de escombros y, así, buscar a su familia, con la esperanza de encontrarla con vida
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, tras 48 horas del terremoto, los cuerpos sin vida de su esposa y sus dos hijas fueron encontrados entre los escombros
A pesar de la lamentable noticia que recibió el anestesiólogo indicó que seguirá trabajando en el hospital para ayudar a los heridos del terremoto que, hasta el momento, ha dejado más de 35.000 personas muertas
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