Los hospitales de Gaza, con escasos recursos, enfrentan una situación desesperante con pacientes abandonados o muriendo por infecciones.
Los médicos deben tomar decisiones difíciles, como dejar de tratar a niños con quemaduras graves por falta de vendas.
Médicos y enfermeras estadounidenses que han trabajado en Gaza relatan los horrores vividos y se comprometen a dar a conocer estas situaciones para presionar a Estados Unidos a actuar.
Médicos con décadas de experiencia en zonas de conflicto afirman que nunca habían visto tantas víctimas civiles como en Gaza, donde la mayoría de los pacientes eran niños menores de 14 años.
Los médicos insisten en la necesidad de un acceso humanitario sin restricciones, subrayando que las donaciones son inútiles si no se permite la entrada de ayuda a Gaza.
El equipo médico enfrentó grandes desafíos, incluyendo la falta de personal, medicamentos y productos de higiene, complicando aún más la atención a los heridos.
Los médicos y enfermeras experimentan una profunda culpa y angustia tras su regreso a Estados Unidos, afectados por los recuerdos de los pacientes que no pudieron salvar.
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