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Nadie puede pensar en arreglárselas solo ante la pandemia: papa Francisco

“La pandemia no conoce de adjetivos ni fronteras y nadie puede pensar en arreglárselas solo”, dijo.

350792_Papa Francisco // Foto: AFP
Papa Francisco // Foto: AFP

El papa Francisco envió una sentida carta a los sacerdotes de la diócesis de Roma, que ha comenzado a retomar sus actividades después de un prolongado confinamiento en Italia, donde la cifra de muertos por el coronavirus llegó en las últimas horas a 33.229.

El pontífice, quien convocó este sábado a un rosario universal contra el COVID-19, dice en su escrito que las características del virus hacen que las lógicas con las que estábamos acostumbrados a dividir o clasificar la realidad desaparezcan.

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“La pandemia no conoce de adjetivos ni fronteras y nadie puede pensar en arreglárselas solo. Todos estamos afectados e implicados”, subrayó.

El papa cuenta cómo en estos tiempos difíciles la humanidad ha sufrido la pérdida repentina de familiares, vecinos, amigos y, en el caso de los religiosos, de parroquianos, confesores y referentes de la fe.

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En su carta retrata el drama de quienes no han podido despedirse de sus familiares fallecidos, de la impotencia de los trabajadores de la salud que viven jornadas interminables tratando de salvar vidas, de los voluntarios y trabajadores que se exponen diariamente para garantizar servicios esenciales en medio del aislamiento social.

Explica el máximo jerarca de la Iglesia las consecuencia de ese confinamiento para los ancianos,

la angustia de perder el trabajo y la violencia o desgaste de las relaciones intrafamiliares.

Vea aquí: “Solo con solidaridad mundial puede superarse la pandemia”: UE a Estados Unidos

“Compartimos las preocupaciones de familias enteras que no saben cómo enfrentarán ‘la olla’ la próxima semana”, escribió el papa, quien pidió distinguir muy bien entre asumir la gravedad de la situación, pero tratar de resolverla con acciones paliativas a la espera de que todo vuelva a “la normalidad”, e ignorando las heridas profundas de la sociedad para no quedar sumergidos en la nostalgia de que “ya nada será lo mismo”.

Finalmente, Francisco les dijo a los sacerdotes que como hijos y miembros de un pueblo sacerdotal les toca “asumir la responsabilidad” por el futuro y “proyectarlo” a los demás.

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