Cuando se encontraba detenido en una prisión cerca de Oviedo, norte de España, Gustavo Montoya fue hallado inanimado tras un intento de suicido y los tres doctores que lo examinaron "observaron que no tenía signos vitales".
El "cadáver" fue llevado a medicina legal, donde se constató que no estaba muerto y fue transferido a un hospital donde permaneció 15 días. Sin embargo, el haber “regresado de la muerte” no le libró de regresar a prisión, pues según la prensa, el detenido de 29 años todavía purga una pena por robo de chatarra.
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La familia del hombre esperaba que después del raro suceso lo enviaran a su casa. Sin embargo, las autoridades lo llevaron de regreso a la cárcel.
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La administración penitenciara y el gobierno regional de Asturias han abierto las investigaciones de este polémico caso.
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