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Al pervertido lo liberaron primero que a mi esposo: víctima de abuso en TM

Diana Gamboa, quien fue víctima de una agresión sexual por parte de un vigilante de la compañía Atlas durante el trayecto de un articulado de Transmilenio...

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(TM) por la troncal de Las Américas, dijo en Mañanas BLU que una vez logró detener al pervertido, porque nadie la quiso ayudar, su esposo reaccionó en contra de él y terminó en la URI de la Fiscalía mientras que el acosador quedó en libertad por no tener antecedentes.

 

Según Gamboa, el fiscal que atendió el caso le explicó que había que dejar en libertad al indiciado, identificado como Juan Carlos Espitia Salazar, porque la agresión no se llevó a cabo con violencia y porque ella no era menor de 14 años, además que él no tenía antecedentes.

 

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“Por qué tenemos que ser abusadas y someternos a esto. Fue más difícil sacar a mi esposo de la URI” que haber procesado al agresor, dijo.

 

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Tras haber interpuesto la denuncia en contra de Espitia, Diana tendrá que esperar a que sea llamada a conciliar con él una compensación económica, a lo que ella dijo “la dignidad de la mujer no vale un millón de pesos” y se preguntó ¿en dónde queda su seguridad? Ya que todos los días debe tomar la misma ruta donde fue agredida.

 

Diana expresó su indignación por este tipo de agresiones que “son el pan de cada día en Transmilenio”, sobre todo en las horas pico en las que “al llegar a una estación, cuando uno se va a bajar, lo tocan a uno” y donde las autoridades del sistema y la Policía no tienen un plan para evitar los abusos.

 

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Pero la indignación no es solo por la inoperancia, también por la falta de solidaridad: “todo el mundo se bajó como si nada y el bus siguió su camino, me quedé sola pidiendo ayuda (…) espero que esto no quede así, que las penas sean fuertes”.

 

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El relato

 

De acuerdo a lo narrado por Diana Gamboa, de 31 años, llegó a la estación de Banderas y tomó la ruta C29, “cuando ingresé quedé contra la puerta porque no había más espacio. A mi costado izquierdo estaba el tipo, luego sentí que me estaban tocando en mis partes íntimas, pero pensé que me quería quitar el bolso”.

 

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Al retirar su bolso para evitar el supuesto robo, Diana se dio cuenta que “el tipo tenía su miembro en mis manos, me dio indignación, me llene de valentía, lo golpeé y le dije al conductor que parara en una estación para llamar a la Policía, pero nadie llamó, nadie golpeó, nadie ayudó. Pedí ayuda y nadie me auxilió, todos fueron indiferentes, él tenía su mano en mis genitales y con la otra se estaba masturbando”.

 

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La mujer tuvo que esperar a que el bus llegara a la estación de la calle 26 con Caracas para bajar con el delincuente halado de la ropa, solo un auxiliar reaccionó a atender sus reclamos.
 

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