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Así secuestraron las Farc al reconocido jurista Carlos Upegui en Cundinamarca

Uno de los mandos del Bloque oriental de la antigua guerrilla, relató en la JEP cómo fue interceptado el alto ejecutivo de la Organización Ardila Lulle en busca de un millón de dólares para el rescate.

Extinta guerrilla de las Farc
Extinta guerrilla de las Farc
Foto: AFP, referencia

El turno frente al tribunal especial fue para Reinel Guzmán Flórez, alias Rafael Gutiérrez, uno de los mandos del Bloque Oriental de la extinta guerrilla de las Farc, quien entregó detalles de algunos hechos en el marco del caso 01 sobre retención ilegal de personas o secuestro.

A finales de 1983, Guzmán llegó al mando y fue el primer suplente en el estado mayor de las Farc, expresó que, en el frente segundo estaban al mando alias Héctor, alias Adalber, a uno a quien llamaban el Paisa y Gutiérrez, y explicó que se encargaba de organizar masas, además de ser correo del frente al secretariado, cuando Jacobo Arenas y Manuel Marulanda se encontraban comandando la guerrilla.

Mientras los máximos comandantes se encontraban en El Duda, Uribe, Meta, y él, en el departamento del Huila, estuvo en diferentes frentes en distintos lapsos.

En el año 1993 se ejecutó el secuestro de Carlos Upegui, quien se desempeñaba como alto ejecutivo de la organización Ardila Lulle. Alias Rafael Gutiérrez manifestó que fue el cerebro intelectual de esa operación.

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“Yo soy el cerebro intelectual”, dijo Gutiérrez. “Elegimos dos guerrilleros vestidos de civil que tenían que trasladarse, y les tocaba los municipios de Cachipay, Zipacón, Faca, Albán, La Mesa y Anapoima, tenían que irse de civil, andar en la población, infiltrarse en la población, con todas las costumbres, y pedir trabajo en las fincas. En eso se fue un tiempo considerable, hasta que se encontró la finca del doctor Upegui. Como cada mes, los muchachos llegaban a dar parte de la misión, reportaban qué encontraban”, relató.

Explicó que ese era uno de los mecanismos para obtener información, así como otra estrategia era la de acudir al recurso del Partido Comunista Clandestino (PCC), y entre las tareas de ese partido estaban controlar el área, vigilar, mirar qué sucedía y recolectar información.

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“Se concluyó el asunto del doctor Upegui, y hasta que concluimos, después eso tocaba que el plan era hacer el seguimiento, cómo venía a la finca, cómo regresaba, cuántos escoltas tenían, qué armas usaban, qué cosas tenía, se desplaza en tantos vehículos, etc., todo eso se estableció y pasar el informe al secretariado, se le pasó al camarada Jorge (Briceño), se pasa la propuesta y se mira si es factible”, agregó.

Dijo que la decisión de quién era secuestrado, era el mismo secretariado de las Farc, y luego de pasar informes de inteligencia, ese grupo, mando máximo, definía cuál era la operación para seguir y se aprobaba o reprobaba. En el caso del empresario Upegui, se decidió secuestrarlo para obtener recursos financieros.

“Me dieron la autorización y ya se hizo la planificación de la captura, de acuerdo con la inteligencia. En ese hecho participaron ocho personas, no hubo enfrentamiento, porque la inteligencia nos dijo cómo era la situación. Miramos que se podía retener sin problema y sin confrontación con la escolta. Los muchachos se vistieron como miembros del Ejército, se hizo un retén, una requisa, y se bajaron de los carros blindados, se desarmaron, se hizo la retención -venga para acá el armamento-, se hizo traslado de carro”, relató.

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Contó que los guerrilleros se llevaron a Upegui junto con su esposa; En un punto, bajan del vehículo solo al empresario y el plan era dejarlo cerca a Girardot. Lo tuvieron secuestrado un determinado tiempo en Quipile, y era Gutiérrez el responsable de todo lo que sucediera con él, por Upegui pidieron un millón de dólares de recompensa, esta, fue concertada en dos pagos de 500.000 dólares cada uno, la primera parte se pagó por parte de la familia. El Ejército dio de baja a uno de los responsables de estar con el secuestrado y no hubo capturas, según recordó Gutiérrez.

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Había un muchacho encargado de hacer la negociación por el hombre, y él me estaba transmitiendo todo. La negociación se hizo, alcanzamos a recibir 500.000 dólares, ese dinero me lo entregaron a mí directamente.

Añadió que la comisión de cuido tenía unas reglas bajo un régimen interno, de acuerdo con las actividades y las UTC, Unidades Tácticas de Combate, donde se establecía un régimen, así como se daban instrucciones en las que se primaba la vida del retenido y cumplir reglas del régimen disciplinario que decía respetar integridad física, ideológica y religiosa del retenido.

Dijo que, en el caso de una operación militar, la orden era no permitir un rescate. “El Ejército tenía una información, yo me encargaba de monitorear al Ejército, yo sabía dónde estaban las patrullas y así mismo, ordenaba al muchacho que se corriera del sitio y así fue como garantizamos que él estuviera ahí, él fue retenido el 22 de agosto del 93, hasta cuando se le dio la orden al muchacho de trasladado, el 23 de enero del 94, duró en esa área en diciembre y enero”, agregó.

Y en esa orden que se dio de traslado, fue cuando acciones militares y operaciones de inteligencia, dieron con el paradero del empresario. En unos 20 días después de ese hecho, estaba planeado recibir la segunda mitad del millón de dólares, eso no se materializó.

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“Ellos se estaban moviendo a otra área, y un miembro que se llamaba David fue encargado del desplazamiento, y él comete el error de llegar a una casa deshabitaba como a las 12 de la noche, y quedarse ahí, pensando en que el doctor quedaba mejor ubicado que dejarlo en el monte, ahí le tocaba esperar y coger al otro día camino como a las seis de la tarde. Ahí no supimos si fue un poblador de la zona que avisó al ejército”.

Reconoció que la iniciativa de secuestrar a Upegui fue directamente del frente, y no del secretariado, pero a la pregunta de si el mismo secretariado entregaba instrucción de secuestrar a cualquier persona, dijo que en su caso no era así, que los informes eran direccionados a ellos y allá se tomaban las decisiones, pero que no se hacía propuestas o se daban instrucciones de que fuera así.

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Financiación

Expresó que en la guerrilla se exigía un aporte a los comerciantes, a las personas adineradas de los departamentos y “retenciones de carácter financiero”, o en palabra sencilla: Secuestro. Asimismo, explicó que hubo aportes de empresarios “de manera voluntaria”, y que, era manejado por otro de los miembros del estado mayor, así como manifestó que su función, era principalmente la de organización de masas, esto hacia el año 1986.

Posterior a eso, es trasladado al segundo frente en el secretariado en el sector de La Caucha, en un llamado grupo de ayudantía, donde eran unos 7 integrantes, entre ellos, Pastor Alape, “Óscar”, Daniel Aldana, entre otros, quienes trabajaban directamente con Jacobo Arenas, siendo representantes del estado mayor ante el secretariado, generando las comunicaciones y entregando balances de acciones distintos frentes.

Estuvo desde la Fundación del Frente 53 en el año 1991 hasta 1993, donde los comandantes eran Jorge Briceño “El Mono Jojoy”, y ´Timoleón Jiménez´, y se mantuvo como suplente del estado mayor, y luego fue trasladado al Sumapaz con una columna, posterior, hacía presencia en Cundinamarca en municipios como Caparrapí, Útica, Villeta, Sasaima, Facatativa, Cachipay, Viotá, Tocaima y otros del occidente del departamento, como áreas de operación del frente 22.

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