aseguran que el Gobierno no los deja trabajar y protestan por los continuos operativos que decomisan el combustible que venden.
“Ni el comandante ni el alcalde quieren dejar trabajar a los ‘pimpineros’, que nos den el sustento de nuestro hijos porque queremos sobrevivir y aquí no hay trabajo, no hay nada”, dijo Mary Jiménez, una de las protestantes.
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La cola de vehículos es inmensa y los manifestantes aseguran que no levantarán la protesta hasta que el Gobierno se siente a dialogar con ellos sobre algunas alternativas de empleo para dejar el comercio ilegal de combustible.