Bumangueses crean robot que ayuda a combatir el COVID-19

Carlos Serrano, Javier Díaz y José Fernando Paillie, son jóvenes santandereanos que tenían sus empresas independientes, Carlos se dedicaba al diseño industrial, Javier a la producción de eventos masivos y José a la publicidad, pero ante la llegada de la pandemia tuvieron que parar las actividades a las que estaban dedicados hace varios años y, convencidos de que la unión hace la fuerza, decidieron aliarse para no dejarse ahogar por la crisis.

Conscientes de que debían cerrar sus negocios para cuidarse del COVID-19 fue que surgió su emprendimiento, Sami, un robot capaz de detectar el estado del ambiente donde sea instalado, una iniciativa coherente con la pandemia que busca combatir el virus y a su vez generar ingresos.

"Sami es un sistema multitarea inteligente que, a través de inteligencia artificial y de un punto de acceso, permite hacer primero control, generar la base de datos que visita el establecimiento, revisar el tema de toma de temperatura, si quien ingresa al establecimiento está en pico y cédula, si tiene alguna situación anormal en su salud. Además, se puede sincronizar con cámaras de las empresas para generar distanciamiento, uso de tapabocas y envía la información a la ARL", explicó Javier Diaz, empresario.

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Para que quede en el sistema del robot, el usuario debe saludar a Sami con el documento de identidad. De inmediato, registra la información , lo identifica, saluda por el nombre, le toma una fotografía, le indica que debe usar el tapabocas y le mide la temperatura.

“Si es inferior a 38 grados genera la cantidad de gel antibacterial necesaria para la desinfección de las manos, pero si la persona tiene la temperatura superior a 38 grados, advierte que debe acercarse al área de salud para recibir la atención necesaria”, explicó Carlos Andrés Serrano, otro de los empresarios.

Con esta herramienta tecnológica, los establecimientos abiertos al público, edificios, conjuntos residenciales o instituciones podrán tener el conteo de las personas que están al interior y con ello se garantiza el distanciamiento social.

"Nos soñamos cómo lograr personificar a un robot, cómo lograr y hacerlo amigable, pero que tuviera tecnología de punta para que a la gente le fuera muy fácil recibirlo, para que los niños no le tuvieran miedo, se lavaran las manos, se cuidaran", contó Javier Díaz.

'Sami' es el resultado de un giro de 180 grados en la vida de estos jóvenes que ahora están concentrados en este producto que les permite a las empresas que lo adquieran, controlar las medidas de bioseguridad.