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Café Britt quiere incursionar en el mercado colombiano

Hoy la movida está con la costarricense Café Britt, su dueño don Pablo Vargas y su estrategia para vender su marca de cafés en Colombia. Esta es una...

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de esas historias que muestran cómo se mueve el mundo de los negocios y las vueltas que dan.

 

Hay que empezar diciendo que Café Britt es una compañía costarricense que fue fundada en 1985 y que vende cafés empacados y chocolates, posee tiendas de café y también unos formatos de tiendas que ha llamado de “viajeros”, y que están en 8 países, incluido Colombia. Para más señas son esas tiendas grandes que venden artesanías, cafés, revistas etc. en el Aeropuerto el Dorado de Bogotá. (90 locaciones en esos paises).

 

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El dueño de la empresa es Pablo Vargas y esa tienda del Aeropuerto El Dorado fue su primera incursión en Colombia. La abrió hace poco más de un año y le costó 4 millones de dólares.

 

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Pero en lo que siempre quiso Vargas fue incursionar en la venta de cafés empacados en Colombia. Esa era su reto y lo está haciendo con un negocio que está firmando con los supermercados Carulla para que ellos le distribuyan una línea de 10 diferentes tipos de café diferenciado, o premium, con el que se va de frente a competirle al café empacado de Oma y al de Juan Valdez. Lo hará con cafés colombianos y no costarricenses y ese de alguna manera será su gancho.

 

Pero cuando le decía que ese era su reto me refiero, además de un negocio, a un tema relacionado con el orgullo de Vargas por llamarlo de alguna manera y un lío jurídico que tuvo por años con la Federación de Cafeteros de Colombia y sobre el que prometió que alguna vez iba a entrar a su territorio. Ha tenido paciencia y hoy tiene el capital para hacerlo. Hoy su compañía factura más de 100 millones de dólares, bastante más que los 30 millones que facturaba cuando inició su pelea con la Federación en el año 2006, e iba a meter preso en Costa Rica a su entonces  gerente, el doctor Gabriel Silva.

 

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Ese pleito lo perdió Vargas y se originó cuando Café Britt vendió 300 camisetas con la frase “Juan Valdez toma café costarricense”.

 

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La Federación Nacional de Cafeteros respondió iniciando un proceso  para demandar esa juagada, que ganó al demostrar que la marca Juan Valdez era de reconocimiento y reputación mundial. Después de esa decisión, Vargas instauró una demanda por difamación en Costa Rica contra Gabriel Silva, al que le dictaron una orden de captura en octubre de 2008 por el delito de rebeldía por no haber comparecido a los requerimientos que se le hicieron en ese país como parte del proceso de difamación.

 

Con demandas y contrademandas y en ese tire y afloje, al final conciliaron después de años de enfrentamiento y de que Vargas se gastara cientos de miles de dólares en abogados. Así es que decidió esperar, convertirse en millonario y ahora, 7 años después de haber tenido el primer pleito con la Federación, logró entrar a Colombia con su línea de cafés especiales empacados. Lo va a hacer con Carulla porque es el supermercado del país en el que más crecen las ventas de cafés premium a una tasa del 13% anual. Es el único supermercado donde los cafés gourmet están entre los 10 alimentos más vendidos en sus góndolas.

 

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Y esa es la movida de hoy con la estrategia del costarricense Pablo Vargas y su marca Café Britt en Colombia y que al final refleja las vueltas que da este mundo de los negocios.

 

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Juan Fernández

Periodista de El Espectador

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